Combatir la homosexualidad como a los mosquitos que provocan la malaria y con leyes más estrictas que las de Irán. Con estas promesas se llenaba la boca Yahya Jammeh, el ex presidente de Gambia hasta hace un par de meses.
Como en el resto de África, la homofobia es un problema tan arraigado como complejo. En Gambia, hoy, se mantiene la cadena perpetua como respuesta a la homosexualidad. Por eso, y por simple disidencia, sin más pretensión que la de jugar a la comba con la línea de la prohibición, hicimos esta foto en el mercado de Brikama, la zona más concurrida de la ciudad.
No tiene relevancia, porque dos personas del mismo sexo cogidas de la mano no deberían tener relevancia. Aún así, me hace ilusión pensar que, a nuestra manera, estamos poniendo la primera piedrecita para intentar normalizar esto.